1. Prepárate
Cuando se trata de todas las áreas del día de la boda, la preparación es clave. Ten en cuenta el lugar donde te casas, si es en un país donde es probable que llueva en esa época del año, entonces debes estar preparada para el caso de que realmente ocurra. Como todos sabemos, podemos planificar un bonito picnic, pero no podemos predecir el tiempo. Por eso es fundamental tener a mano lo esencial: paraguas y botas de agua. Cuando se trata de paraguas para el día de la boda, puedes ponerte creativa con ellos. Los hay de colores, con volantes, incluso con el nombre de los novios impreso. Pueden ser regalos estupendos para que los invitados se lleven a casa y recuerden la ocasión.
2. Ten una copia de seguridad
Si la ceremonia iba a celebrarse al aire libre, debería haber algún tipo de opción de apoyo. Podría ser un cenador cercano, una pequeña zona resguardada de cualquier tipo que pueda embellecerse con luces de hadas. Otra posibilidad es trasladar la ceremonia al interior, al lugar donde se iba a celebrar el banquete. En cualquier caso, lo más importante es que haya un lugar cubierto para que se produzca la magia. En última instancia, no importa dónde se celebre exactamente, siempre que todos estén allí, vestidos de gala y celebrando el amor.
3. Habla con los fotógrafos
Se sabe que los fotógrafos afirman que en muchos casos prefieren un día apagado para hacer fotos de boda, porque así el sol no se mete en los ojos de nadie y no se pasan todas las fotos entrecerrando los ojos. Así que, por lo que respecta a las fotos, ¡no te preocupes! Definitivamente, la lluvia no es lo peor que puede pasar. Asegúrate de tener una charla previa con los fotógrafos para ver qué planes tienen para todas las condiciones meteorológicas, y luego, una vez que llegue el día, relájate. Las fotografías pueden tomarse en interiores o exteriores, los profesionales saben lo que hacen. Además, ¿a quién no le gustaría una foto de boda en la que el marido y la mujer se besan bajo una lluvia torrencial? A nosotros nos parece muy romántico.
4. Situación del armario
Sin embargo, si la precaución se tira al viento y la pareja se hace una foto bajo la lluvia, probablemente sea mejor tener un traje seco con el que cambiarse para la fiesta posterior. Llegar a la recepción con la ropa húmeda puede resultar un poco molesto al cabo de un rato, así que es imprescindible tener al menos un par de calcetines limpios para cambiarse. En cuanto a los invitados, es muy útil asegurarse de que haya un buen guardarropa, ya que todos entrarán con sus abrigos y chaquetas mojados y querrán un lugar donde dejarlos secar antes de volver a marcharse. Todas estas cosas pueden discutirse con el lugar de celebración y, con un poco de previsión, deberían ir sobre ruedas.
5. Golosinas calientes
Lo último que hay que tener en cuenta es asegurarse de que todos los asistentes se sientan refrescados y alimentados, llueva o haga sol. Asegurarse de que haya muchas cosas calientes para beber y comida caliente para comer ayudará a aliviar el malestar que pueda sentir la gente por la lluvia. Una barriga feliz conduce a una gran sonrisa, y el día de tu boda merece sonrisas por doquier.
Ahí van unos consejos fabulosos sobre cómo afrontar la lluvia el día de tu boda. Definitivamente, un poco de lluvia no detendrá la magia que conlleva el matrimonio de dos personas, y estamos dispuestos a apostar a que la lluvia podría acabar siendo la invitada de honor inesperada.